En cazar chollazos ya somos unos expertos, pero lo de colarse para volar en primera clase qué, ¿ya lo has probado? Cruzar los dedos muy fuerte en la puerta de embarque no será suficiente si lo que quieres es volar a cuerpo de rey. Tras hablar con azafatas de diferentes compañías, en MisterFly te chivamos qué trucos puedes intentar para conseguir viajar en primera clase by the face.
Llega tarde… ¡o temprano!
Con un poco de suerte, y riesgo, llegar tarde y sin reservar tu asiento al aeropuerto puede que te depare una plaza en primera clase. Muchas veces hay overbooking y antes de dejarte en tierra la aerolínea puede que te asigne un asiento, si queda alguno libre, en business class.
Por otro lado, llegar pronto también puede ayudar, ya que en el propio mostrador de la aerolínea a veces ofrecen vacantes VIP gratis. Cuando decimos temprano hablamos de llegar con hasta 10 horas de antelación, ¡buena suerte!
Quéjate
Sí, no hay nada peor que un cliente pesado, ¿pero sabes qué? Muchas veces quejarse funciona para conseguir lo que uno quiere. Las aerolíneas no quieren escándalos ni dar una mala imagen, por lo que ante una metida de pata puede que te inviten a pasar a primera clase. Ten cuidado, si te pasas de la raya igual te echan del avión o acabas protagonizando un vídeo viral.
Pide por esa boquita con tu mejor sonrisa
Ganar la lotería no es posible si no la juegas. Pues lo mismo pasa con los deseos de uno… Dile a las azafatas que es tu cumpleaños, que estás de luna de miel o que te duele algo usando todos tus encantos. ¡Si les entras en gracia y tienen un buen día puede que te inviten a los asientos de oro!

Lee los correos electrónicos
¡Súper importante! Algunas aerolíneas ofertan asientos en business class el mismo día de la salida por precios mucho más reducidos. Estate atento porque un día puedes cruzar el charco cual celebrity por no más de 50 euros. Una vez es una vez, ¿no?
Ten buenos amigos
Y como todo en la vida, tener contactos es la llave de entrada al cielo. Si conoces al piloto seguro que algún viajecito en primera cae.
Con optimismo y buena suerte seguro que un día te toca viajero. Y si no, siempre podrás echar una cabezadita en el hombro de tu compañero de asiento.